Chigorodó y San Juan de Urabá se consolidaron este año como los municipios con mejor manejo de sus finanzas públicas en la región. Así lo confirma la evaluación 2024 del Índice de Desempeño Fiscal del Departamento Nacional de Planeación (DNP), donde ambos territorios alcanzaron los puntajes más altos de Urabá, con 62,00 y 60,70 puntos, respectivamente. Las dos administraciones lograron destacarse en criterios como ahorro, recaudo propio, control del endeudamiento y ejecución de recursos en inversión.
Detrás de ellos se ubicaron Arboletes (58,80), Mutatá (57,90) y San Pedro de Urabá (54,70), con resultados favorables, pero aún con margen de mejora para fortalecer la planeación y la eficiencia del gasto. En un nivel intermedio quedaron Apartadó (51,40), Necoclí (51,30) y Carepa (49,20), municipios que mantienen estabilidad aunque con el reto de depender menos de las transferencias nacionales y reforzar la gestión fiscal propia.
El panorama más crítico se registra en el Distrito de Turbo, que con 41,90 puntos fue clasificado en riesgo financiero. También generan alerta Vigía del Fuerte (46,60) y Murindó (44,30), donde la sostenibilidad fiscal debe ser prioridad para evitar retrocesos mayores. La evaluación 2024 evidencia que en Urabá hay avances importantes, pero también profundas diferencias en la capacidad de los municipios para administrar los recursos públicos y sostener su desarrollo.
