Ya son varios días desde que una iglesia cristiana en Chigorodó permanece cerrada con cadenas, en medio de un conflicto legal por la propiedad del terreno donde funciona.
Un ciudadano afirma ser el dueño legítimo del lote y asegura que cuenta con las escrituras registradas a su nombre. Según su versión, un pastor habría intentado apropiarse del lugar mediante un documento firmado por su hermano, quien padece una enfermedad mental y no aparece como propietario en los registros oficiales.
El denunciante interpuso una demanda ante las autoridades competentes, y el proceso judicial se encuentra en curso. Asegura que el líder religioso fue notificado para sustentar su derecho sobre el predio, pero no ha presentado los documentos correspondientes.
Como medida preventiva, el ciudadano decidió cerrar la iglesia con cadenas hasta que el juez encargado emita un fallo que aclare la situación. Mientras tanto, el templo continúa inactivo y la comunidad permanece a la espera de una solución definitiva.
